martes, 3 de julio de 2012

Rotura.

Y culpamos ahora al Cielo de no recibir sus maravillas.

Sólo estoy atisbando el momento presente, sin pararme a pensar de manera consciente quién se encuentra en mi profundidad.
Este vacío es un escudo para la introspección, para el corazón más solitario.
"Tal vez prefiera estar solo y así disfrutar más de las pequeñas maravillas que nos ofrece la vida"
En mi corazón, en mi ser, siempre se ha hallado un poeta afligido por no crear nunca grandes obras de arte.
Por querer construir su ópera prima y nunca haber logrado nada.
Sólo ha dejado pasar el tiempo, con la esperanza de que la grandeza se hace por sí sola.Y ahora, tras 20 años, no es capaz de ver todas las pequeñas maravillas de las que se componen su vida.
Ahora que la taza se ha vuelto más frágil que nunca, vierte su té hacia un vacío nuevo.
Es como si aquello por lo que él soñaba desde pequeño, aquella liberación de la simpleza de la niñez, se ha revertido a una continua escapatoria a la solitaria y privada infancia.


Ya no tienes nada que temer.
Ya eres demasiado grande.
Ya has superado los límites de la tierra de nadie.
Ya puedes descansar en ese vacío fértil azul, del que nadie ha oído hablar, pero que tú conoces perfectamente.
Me enamoré de alguien que no existe.
Me he enamorado de alguien que no existirá.
Suena familiar cuando se logra reconocer el propio olor, pero sabe tan lejano su verdadero apetito.
Aún hay mucho que descubrir.
Aún hay mucho espacio que esconder.

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